lunes, 24 de mayo de 2010


Se llama Veronica, imposible que le calze otro nombre, lo lleva puesto como sus calzas, ajustadamente y haciendo vibrar las caderas anchas pero bien formadas, ella es empleada del Registro Civil, calculo que esta llegando despacito a los 40, pero se arregla y viste tal pendex de 17, se nota que compite con alguien. Cabeza erguida, cabello prolijamente teñido de rubio ceniza pero de buena peluqueria, maquillada con delicada atencion y vestida, bueno, con ropas de marca y botas caras, ¿que menos?


Se destaca de sus compañeras, es como una reina entre ellas, es bonita aun, se nota que cuida muy bien su estetica corporal y se la ve caminando entre escritorios y sillas con un porte que bueno, llama la atencion, al menos llamo la mia.


Parece que tiene por trabajo atender la Mesa de Entradas donde pasa mucha gente y ella es asquerosamente aseada, si le vieras la cara cuando alguien olvido bañarse para asistir a esa oficina y deja un aroma especialmente acido, alli va ella presurosa a atacar los olores con su arma favorita en mano, el desodorante de ambientes aroma a lavanda (es horrible), pero la ves correr a pedido de sus odiosas compañeras, diligente a tapar con su cara de pocos amigos olorientos a los pocos segundos de olfatearlos. Realmente una actitud que no encaja en su propia personalidad, pero sin duda porta una doble, verdad?


Creo que es un buen prologo para contar que ella es una amante fogosa, muy autoritaria, le gusta mandar a su hombre, controlarlo. Tiene la mala suerte que el tipo es bastante mujeriego y ella lo sabe, porque lo llama para informarse y si lo atiende con vos rara sabe que hay dos razones, esta resfriado o recien se acuesta. La Vero, solo piensa en la segunda, los celos la carcomen, la irritan, cuando le pasa esto se transforma y su rostro tan bonito se desencaja, se desarticula, su humor cambia y hasta grita mas de lo acostumbrado...


...La Vero, se caso joven, enamorada, tenia apenas 15, le habian hecho la fiesta de los, muy pomposa, pocos imaginaban que aquella niña aun tan dulce se bañaba de placer y erotismo en los brazos de Mario, un muchachote de casi 30, un poco vago, otro poco mediocre, pero que habia logrado enamorar a una chica bella e inocente. Esa inocencia perdida hacia un tiempo atras en una casa prestada para tal fin. Con el correr de la relacion llego el atraso en las virtudes de la niña y bueno empezo el problema y los pasos a seguir. Ella que poco sabia del tema y El que poco sabia de responsabilidades, digamos una combinacion tipica de ciudad pueblerina.


Y se casaron, habia que esperar el regalo de la naturaleza, fueron a vivir a la casa de los padres de el, se acomodaron en la piecita de Mario y hasta ella se llevo sus peluches manoseados de años y los apoyo en cuanto rincon habia. El consorte estaba feliz y aunque le duro poco tiempo de algun modo asumio una responsabilidad. Incluso de sus ahorros pago la fiesta esta vez de casorio que claro se desarrollo en un salon, como se debe, con si mal no recuerdo unos 70 parientes de las dos familias que en medio de la comida abundante y el alcohol poco pudieron entender de lo que pasaba.


Y empezaron a correr los meses de engrosamiento abdominal, La Vero estaba dichosa y orgullosa de su panza, la llevaba muy oronda y a la mostrando timidamente su ombligo inflamado y era feliz. Tenia al hombre a su lado, lo amaba, le dedicaba lo mejor de su vida, le cocinaba, lavaba su ropa maloliente y retozaba a su lado en la cama de una plaza que aun compartian incomodamente.


Pero tambien pasaban los meses para Mario y empezo a aburrirse de tanta calma chicha, empezo a salir de a ratitos a juntarse con los vagos en el almacen de la esquina, mientras ella miraba la tele en compañia de Doña Maria, la mama del Mario. La verdad que la doña no le tenia mucha simpatia, por lo linda vio, pero en estos lados es comun la hipocresia y bueno no quedaba mas remedio que darle charla y acompañarla en el embarazo del futuro nieto, porque era varon o nada...


Continuando su embarazo, la Vero tambien fue haciendose mujer, cuando las chicas se embarazan siguen siendo niñas pero algo las hace crecer y a ella tambien le toco eso. Andaba por el patio de los Ibarra, asi se llamaba la familia de Mario siempre con una sonrisa, en realidad era por entonces picara y bromista, tenia aun con panza un maravilloso sentido del humor que compartia con su mejor amiga La Poro y habia que escucharlas reirse a carcajadas sacandole el cuero a todo el mundo. Se habian conocido en la escuela del barrio donde vivian, la Poro se mudo alli cuando tenia 8 años y cursaron tercer grado juntas, desde el primer dia se adoraron, se sentaban juntas y en los recreos ya cuchichiaban de lo lindo y se les iban los ojitos con los varones.


Nunca mas se separaron, hoy mismo trabajan coincidentemente en el mismo Registro Civil y la Poro es la mas jodona del staff, nadie se salva de las bromas de ella y si hay alguien que la ayuda a hacerlas es La Vero. Pero Hoy con sus 16 la acompaña entusiasmada a su amiga en un embarazo casi compartido.


Es como si fuera suyo, le trae a la Vero informacion sobre como llevarlo, le recomienda que hacer o que no, la acompaña con todo su amor, porque asi es la Poro, amorosamente fiel como persona y como amiga. Ese dia tenia ganas de joder y se le ocurrio que podria divertirse a costa de la suegra de la Vero que por supuesto tampoco mucha simpatia le tenia. Desde su metro cincuenta estaba dispuesta a hacer rabiar a la Doña Maria y contaba con la complicidad de la panzona. Se Pusieron a pensar...


Teresita

Como les costaba encontrar algo que no fuera tan fuerte se les ocurrio recurrir a otra amiga de andanzas, Teresa, Teresita para ellas, si bien no eran tan tan amigas, tan compinches se entendian bien y mas cuando habia que fastidiar a alguien, sabian que podian contar con ella para esto porque a pesar de ser muy bromista digamos que tenia otro tipo de humor, mas fino, menos doloroso. Asi que quien mejor que ella.


Alla fueron ambas a encontrarse con la amiga, vivia a pocas cuadras, casi por la misma vereda llena de paraisos amarillentos, corria mayo, pleno otoño. Tocaron el timbre y de alla salio la Teresita, plena de kilos de mas especialmente en su cola, coqueta, boquita pintada y rimel infaltable y una sonrisa hermosa de dientes muy blancos, lo primero que pregunto era que pasaba, no sabia que hacian las dos amigas alli, estaba intrigada. La que explico todo despues de los besos del encuentro fue La Poro, la verdad a La Tere no le costo mucho imaginar como joder a la vieja Maria, asi que inmediatamente les tiro una idea y las tres solo con imaginarlo se largaron a reir hermosamente.


La Broma

La Tere tenia un primo que era empleado de la Municipalidad, lo llamo para que sea complice de la jodita. El tema era asi, la vieja Maria habia plantado en la puerta de su casa un retoño de Paraiso al que cuido con una dedicacion especial durante todo el ciclo de crecimiento. Hoy muy frondoso servia para albergarla silla de por medio bajo su sombra y desde alli proponerse el chusmerio barrial. Las tres mujercitas llegaron a la casa y buscaron un lugar de preferencia para verlo todo, Doña Maria como siempre al mediodia alli estaba sentada a la sombra de su arbol, cuando llego el primo de la Tere, Carlitos para los intimos. Muchachote de buen porte y trajeado, carpeta bajo el brazo y encaro directamente hacia la vieja. Ella lo conocia pero apenas, no se acordaba demasiado de donde, pero cuando el se presento como inspector municipal se le abrieron los labios y quedo boquiabierta mostrando los pocos dientes que le quedaban y la hacian masticar poquito y tragar demasiado pronto lo que engullia. Asombrada lo encaro al joven Carlitos preguntadole que lo traia y este expeditivamente le informa que ese arbol que era como su hijo debia ser tirado a bajo en virtud que el Municipio ante su plan de pavimentacion permitiria solamente un arbol por casa y le daria preferencia a los que fueron plantados por dicho organismo.


Imaginate la cara de Doña Maria ante semejante hecho, su protesta energica, su pataleo de piernas que no llegaban al piso, su colera y su desazon, imaginate la cara de las amigotas retorciendose de risa alla en la ventana. Las explicaciones de Carlitos eran claras, una orden salida de la municipalidad para ese arbol amado por la vieja y el correspondiente expediente, el desconsuelo hicieron que la pobre mujer empalideciera, Carlitos creyo que era el momento de cesar con la broma y con absoluta calma le pregunta: Bueno, o sea que estamos en Miranda 2436, etc. Doña Maria lo mira y le dice que no es esa calle, que es la calle Baigorria a lo que Carlitos con toda seriedad consulta en su expediente, la mira y con cara de 21 en la mano, le pide disculpas, pues tenia razon, habia equivocado el domicilio, se dio media vuelta y partio tranquilo y seguro, ante la mirada azorada de la pobre vieja que agarro su silla, camino temblequeando hasta la cocina y bajo la botella de grapa que tenia escondida para servirse un buen trago y pasar el mal rato vivido.


Las tres no podian mas de reirse, la panzona, la Vero sintio algo mojado y corrio desesperada al baño porque se habia hecho pis encima... (continuara)



23-5-2010

LOS CABRERA

Son una parte importante de la historia de La Vero, son su familia, gente de clase media no tan baja. Por aquellos años 90 y pico, vivian en un barrio de los primeros que se habian construido en la expansion social del gobierno. Una familia tipica, el papa Amilcar, la madre Asuncion y 5 hijos bien nacidos y criados. La Vero era la del medio, antes que ella habian nacido dos mujeres,Laura y Mabel por ese entonces se llevaban casi 2 años entre las 3, pero eran diferentes, mas seriotas...

Cuando ya estaban entregados a la resignacion de tener hijas mujeres, llegaron 2 varones seguidos Pablo y Martin, de esa manera se paro la cosecha.


La casa era grande y comoda, bien hecha y Amilcar se habia ocupado de ampliarla para que todos pudieran estar comodos, las mujeres tenian su cuarto y los varones tambien. El comedor era amplio y junto con la cocina hacia de lugar de reuniones largas y placenteras. Alli la tele acompañaba las tardes de novelas y tortitas, alli los almuerzos preparados con mucho amor por Asuncion, alli las hijas ayudando diligentemente, alli los asados de Amilcar, alli todo un sentimiento familiar muy profundo.


Cuando La Vero quedo embarazada fue un golpe muy duro para todos, ella era la que mas espontaneidad tenia, la mas fresca y nunca hubieran imaginado que se alejaria de la casa y dejaria aunque sea por un rato su espacio vacio. Pero como eran muy creyentes solo exigieron que se consumara el matrimonio a pesar de la corta edad de la hija y su inmadurez. Y asi fue...


El que mas sufrio con todo esto fue Amilcar, sin quererlo se habia transformado en la preferida, la regalona y era la luz de sus ojos. Cuando llegaba al empleo, era funcionario del gobierno provincial, de carrera, se lo notaba triston y cuando algun compañero le preguntaba la razon el apenas negaba con la cabeza. Estaba caidongo el Amilcar y llamaba la atencion porque siempre estaba de buen humor, encima era medio petitero el hombre y se vestia con un estilo propio de los 60, en fin el hombre sufria y mucho.


La realidad era dura para todos, hasta los chicos estaban confundidos, no se veian como Tios y hablaban entre ellos un poco en serio un poco en broma. Las hermanas no, no estaban demasiado afectadas, eran puritanas en cierto modo, pero sabian que La Vero estaba enamorada y era como que justificaban mas lo ocurrido. De cualquier modo todos estaban preparados para dos cosas y de repente, primero que la nena se casara y no con la persona ideal de acuerdo a lo pensado y segundo la emocion del futuro nacimiento digamos los sensibilizaba...

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